Es una situación desesperante, comparable a la falta de monedas antes de subir al bondi"colectivo,omnibus,bus", o la ausencia de un líquido bajativo luego de comer una docena de alfajorcitos de maicena.
Tenemos la botella, estamos desesperados y nuestra boca ruega por un sorbo del elixir de Baco. Ya revolvimos el cajón de los cubiertos y todas las alacenas buscando la cola de chancho metalizada. Nada. Si despertamos al vecino a esta hora de la noche para pedir un sacacorchos vamos a arruinar nuestra reputación y no tardarán en pasarnos un folleto de Alcohólicos Anónimos por debajo de la puerta.
A continuación presentamos una serie de métodos para tener en cuenta. No garantizamos 100% de efectividad. Tampoco nos hacemos cargo de la mala praxis en el proceso de descorchación.
Método Cavernícola:
Empujar el corcho hacia adentro con un objeto punzante como un cuchillo, destornillador, o aguja de tejer. El inconveniente es que se puede resbalar el cuchillo y te podés cortar los ganchos. Es poco práctico si después querés guardar lo que sobra, claro, el corcho quedó adentro. Recomendamos aplicar este método con sumo cuidado y tener un trapo a mano para limpiar lo que se chorria.
Método The Wall:
Envolver la botella con un trapo y golpear el traste contra la pared (El tuyo no, el de la botella). El trapo impedirá que se rompa el vidrio al chocar con la pared. Y a su vez logrará que la presión del contenido sobre el corcho, haga que éste salga hacia fuera. Tengan el teléfono a mano y asegúrense de haber abonado la última cuota de la prepaga.
Método Tito Puente:
Sentados en una silla, sostenemos la botella entre nuestras piernas. El corcho siempre hacia abajo. Palmada tras palmada el corcho irá cediendo, hasta que nos sea posible engancharlo con los dientes.
Método Galeno:
Atravesar el corcho con una jeringa y empujar el émbolo hasta que el aire introducido genere una presión tal, capaz de expeler el corcho. Ideal para enfermos de diabetes, alérgicos y heroinómanos que siempre tienen una jeringa a mano.
Método Martillo y Colador:
Se rompe el pico de la botella de un martillazo y luego se sirve en las copas con un colador. Los más duchos, saben colar los vidrios entre los dientes. No se aconseja frente a damas o niños.
Método Haragán para Vinos Blancos:
Colocar el vino en el freezer unas 6 horas hasta que el corcho salga sólo por la presión que genera el aumento de volumen de un etílico de baja graduación como el vino. A las 6 horas el corcho estará 95% afuera. Ahora, hay que esperar que se descongele antes de servir. No es apto para paladares exquisitos.
Método Mac Gyver:
Ponemos la botella en el freezer unos minutos. La sacamos rápidamente y atamos una soguita embebida en alcohol alrededor del cuello. La encendemos y “vualá”, el pico se desprende como por arte de magia. Se recomienda no tomar de la botella si no querés terminar con la trompa como Piñón Fijo.
Método Tu Sam:
La botella en el centro de la mesa. Todos de la mano haciendo una ronda nos concentramos para que el corcho salga por telepatía. Obviamente puede fallar
Si conocen algún otro método, no duden en postearlo. Será bienvenido y luego incluído.
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